¿Cómo manejar rabietas?

Dr. Miguel Calero

Los rabietas o berrinches son una parte normal del desarrollo en niños de entre 2 y 6 años. Durante esta etapa, están aprendiendo a manejar sus emociones y pueden sentirse abrumados fácilmente. Estas explosiones emocionales pueden ocurrir en cualquier lugar, desde casa hasta el supermercado.

Durante una rabieta, el niño es dominado por sus emociones y su cerebro entra en modo "secuestrado". Esto significa que no va a escuchar nuestra indicaciones y se va a dejar llevar por sus deseos. Para los padres, puede ser angustiante ver a su hijo en este estado y no saber cómo ayudar.

Puedes contactar conmigo sin compromiso si quieres saber más sobre esto.

La importancia de establecer límites claros

Muchos padres temen que poner límites pueda dañar la autoestima o la libertad de sus hijos. Sin embargo, los límites son esenciales para un desarrollo saludable. Al igual que una planta necesita ser regada y cuidada para crecer en la dirección correcta, los niños requieren estructuras que les brinden seguridad.

Establecer límites claros no significa ser autoritario, sino ofrecer una guía que les permita entender qué comportamientos son aceptables. Esto ayuda a los niños a sentirse seguros y a desarrollar autocontrol. Los límites les enseñan a manejar sus emociones y a interactuar de manera positiva con los demás.

Es importante que los padres manejen sus propias creencias y emociones al establecer estos límites. Comprender que decir "no" en ocasiones es necesario y beneficioso les permitirá ser consistentes y firmes, sin sentir culpa o miedo de dañar la relación con sus hijos.

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Gestionando las propias emociones como padres

Es normal que los padres se sientan agobiados o frustrados durante una rabieta. Sin embargo, ceder ante las demandas del niño para evitar el conflicto puede empeorar la situación a largo plazo. El niño puede aprender que la rabieta es una herramienta efectiva para obtener lo que desea.

Manejar nuestras propias emociones es clave para abordar el berrinche de manera efectiva. Mantener la calma nos permite pensar con claridad y responder de manera adecuada. Al controlar nuestras reacciones, también modelamos el comportamiento que esperamos ver en nuestros hijos.

Reconocer que el niño no está actuando así a propósito, sino que está luchando por comunicar algo, nos permite abordar la situación con más empatía.

Técnicas para manejar la rabieta

Mantener un tono calmado es fundamental durante el berrinche. Imagina que estás en el supermercado y tu hijo quiere un juguete:

  • Niño: "¡Quiero ese juguete ahora!"
  • Padre: "Entiendo que te guste, pero hoy no podemos llevarlo."
  • Niño: (Comienza a llorar y a gritar) "¡Lo quiero, lo quiero!"

En este punto, el niño está siendo dominado por sus emociones. Es importante permitir que libere su energía siempre que no se haga daño a sí mismo ni a otros. Mantén una distancia prudente pero permanece disponible.

Mientras el berrinche continúa, puedes decir con voz suave: "Estoy aquí cuando estés listo para hablar". Repite el límite de manera firme pero cariñosa, ofreciendo alternativas positivas.

Reflexión: Este berrinche ocurrió porque el niño se sintió frustrado al no obtener lo que deseaba. Al mantener la calma y reafirmar el límite, el padre ayuda al niño a aprender a manejar sus emociones y entender que no siempre puede obtener todo lo que quiere.

Cambiando a comportamientos adecuados

Es esencial ofrecer alternativas que permitan al niño canalizar sus emociones de manera constructiva. Siguiendo con el ejemplo anterior:

  • Padre: "Sé que te gusta mucho ese juguete. ¿Qué te parece si cuando lleguemos a casa jugamos con tus bloques?"
  • Niño: (Todavía llorando) "Pero quiero ese..."
  • Padre: "Podemos añadir ese juguete a tu lista para tu cumpleaños. ¿Te parece bien?"

Al ofrecer una opción alternativa, el niño se siente escuchado y tiene una expectativa futura. Esto desvía su atención y le da un sentido de control dentro de los límites establecidos.

Reflexión: Al ofrecer alternativas y validar los sentimientos del niño, se refuerza un comportamiento adecuado y se le enseña a manejar la decepción de manera saludable.

La reconexión después del berrinche

Una vez que el berrinche ha terminado y el niño se ha calmado, es crucial reconectar desde el cariño. Este es el momento para abrazarlo, expresar nuestro amor y asegurarle que estamos ahí para él. Esta reconexión fortalece el vínculo y le brinda seguridad emocional.

Es también una oportunidad para enseñar. Podemos hablar sobre lo sucedido de manera sencilla, ayudándole a identificar sus emociones y ofreciendo estrategias para manejarlas en el futuro. Por ejemplo: "Entiendo que estabas enfadado, ¿qué podemos hacer la próxima vez?".

Con paciencia y consistencia, el niño aprenderá a gestionar mejor sus emociones. Sabe que sus padres mantendrán los límites pero también le ofrecerán apoyo y comprensión. Esto no solo reduce la frecuencia e intensidad de las rabietas, sino que también promueve un desarrollo emocional saludable.

¿Necesitas más ayuda?

Si las rabietas de tu hijo son muy frecuentes o acaban en agresividad hacia uno de los padres, el cansancio y la frustración puede hacerse difícil de llevar.

Si necesitas ayuda para implementar estas técnicas en tu casa o con tu familia, puedes solicitar cita conmigo para mejorar en el manejo de rabietas de tus peques.

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Estoy aquí para escuchar y guiarte hacia un futuro más feliz y saludable para tu familia.

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